sábado, 28 de mayo de 2016

Cutre o Chuncurria

Según la Real Academia de la Lengua Española la palabra cutre hace referencia a una persona tacaña o miserable (1). Conforme esta fuente, es un adjetivo coloquial que en algunos casos es utilizado también como sustantivo. Cuando esta palabra llegó a mi vocabulario afrontaba la disertación de encontrar un adjetivo que no fuera soez pero que me ayudara a definir lo miserable de un individuo que, teniendo recursos, se hizo acreedor a una serie de beneficios que, sin lugar a dudas no merecía, pero que le fueron asignados solo por el capricho de un ñámpiro que sin criterio técnico, jurídico, ni político, tuvo el poder de tomar decisiones que afectaron un proceso, no solo al premiar a un cutre, sino también por perjudicar a una comunidad de gente campesina ¡súper bien!

Por otro lado, en Bogotá y seguramente en muchas partes del país, es común oír la expresión "¡Chunchurria hpta!", la segunda palabra de esa expresión no necesita explicación, pero la primera sí. Cuando se busca el significado es fácil notar que para la RAE la palabreja no existe, y que lo más cercano es "chunchullo" (2), alimento que no debe faltar en los asados; es deliciosísimo aunque harto de preparar, a veces es mejor quitarse el antojo por $5.000 en algún puesto callejero, que de paso incluye algo de salmonelosis. Pero en Colombia, la palabra Chunchurria también tiene una acepción adicional: es utilizada para referirse de manera despectiva, y de paso ofender, a una persona que es despreciable, paria, detestable y que cae mal (de acuerdo con lo publicado por el portal www.asihablamos.com (3)); lo cual indica que la expresión al inicio de este párrafo es una redundancia.

Definido lo anterior, hay que mencionar que ser cutre o chunchurria no tiene clase social, rango militar, puesto público y mucho menos nivel académico ni estrato socioeconómico. Son cutres los "niños play" de las universidades privadas, que en la estación "Las Aguas" en el centro de Bogotá, se cuelan al Transmilenio, así como las personas que reciben el subsidio de Transmilenio por parte de la alcaldía y después venden el pasaje a la entrada de algunas estaciones a mitad de precio para luego entra al sistema sin pagar el pasaje.

Ahora, quitando la gente noble y decente de este país, surge la pregunta ¿somos cutres o chunchurrias? A primera vista diría que todos los colombianos tenemos mucho de cutres, para comprobarlo solo hace falta pensar en la típicas colombianadas que en algunos casos son el resultado del ingenio autóctono y del rebusque pero en la mayoría de las ocasiones responde a la pereza mental que nos hace pensar que no pagar el pasaje es una viveza y no un comportamiento deshonesto que perjudica a las mayorías. Pero así somos. Sí, son tan cutres los que se saltan la fila y no respetan el tiempo de los demás, así como los egocéntricos que se paran en la puerta y no dejan pasar a nadie aun cuando el bus vaya vacío en el centro

Pensemos entonces en la siguiente pregunta: ¿Cuándo un cutre se convierte en chunchurria? Se podría decir que eso depende de la percepción de cada quien y del nivel de afectación que reciba de parte del cutre. Conozco una persona de otro país (digamos "Puerto Principe"), que en "Santiago" se atreve a hablar mal de un de un proyecto que administra, hablando mal no solo de este, sino también de sí. Esta persona es una chunchurria de alta alcurnia, por no tener la valentía de acabar el proyecto y dar un viraje al actuar frente a la sociedad. ¡Ahh! no es Dilma, aunque por corrupta, debería ser catalogada como chunchurria por los brasileros y por la izquierda latinoamericana y mucho menos es Maduro.

Tal vez el vocablo  chunchurria no debería combinarse con la palabra que hace referencia "a los hijos de...", porque, como se dijo antes, es una redundancia, además de ser una cacofonía vulgar. Pero como sociedad deberíamos ver el interior de cada uno y dejar de ser tan chunchurrias y tan ñámpiros, dejar lo cutres aspirando a que la sociedad y nuestros gobernantes algún día cambien para así regresar entonces a la generosidad que nos identificó por muchos años como sociedad.

Por mi parte, prometo solemnemente intentar dejar de fumar pero, sobre todo, prometo que si fumo, no volveré a arrojar la colilla al piso, así el tufo me delate. Creo que eso me hará menos cutre.

  
(1) http://dle.rae.es/?id=BnBATII. recuperado el 20 de mayo de 2016.
(2) http://dle.rae.es/?id=93lsYW7 recuperado el 20 de mayo de 2016.
(3) http://www.asihablamos.com/word/palabra/Chunchurria.php. recuperado el 28 de mayo de 2016.