María nació en 1940, y cuando llegó a la
tierna edad de los 8 años tuvo que esconderse debajo de unos bultos para evitar
ser asesinada o violada por unos "cachiporros" que se creían dueños
de la vida de unos "godos". Algunos de sus hermanos
resultaron afectados por golpes e insultos. Finalmente, los hermanos de
María, después de tanta agresión, se enlistaron en las fuerzas armadas de
Colombia (ejército y policía) y muchos años después contaron que siendo parte de las fuerzas estatales tuvieron que acatar órdenes de sus
superiores, ordenes que no siempre fueron de buen recibo por la crudeza de las
acciones que tuvieron que realizar.
57 años después
nació Luisa, y con tan solo 3 años de edad, se tuvieron que tomar algunas medidas
para evitar que fuera retenida por un grupo que amenazó su existencia como
retaliación al no pago de una "donación voluntaria" exigida por
individuos que buscaban la salvación y la defensa del pueblo. Finalmente, ante
las amenazas fue necesario un crédito para prevenir una afectación emocional
que hubiese sido incurable porque habría quedado en el alma, algo así como la
marca que llevan los bovinos en su piel, solo que esta marca se hubiese
quedado en el corazón de quienes amaban y hoy siguen amado a Luisa. En estos días Luisa completa 19 años y se dedica al arte de las letras, porque no se dejó convencer
de interesarse por las ciencias.
La historia de
María se llevó a cabo durante los últimos años de la guerra partidista
que se originó a inicios del siglo XX, gracias al regalo que hizo el general
Rafael Reyes Prieto, quien en su abuso de poder dividió y polarizó a la
población tratando de imponer sus ideas. La segunda historia se llevó a cabo
cuando el presidente Andrés Pastrana Arango decidió entregar el país a fuerzas
irregulares, y entre Pastrana y esos pseudomilitares arrodillaron y humillaron
a todos los colombianos so pena de la violación del derecho sagrado de la vida
y la dignidad de la población. Lo más importante de estas dos historias no son
el daño y el temor que debieron sufrir sus protagonistas, porque seguramente es
la historia de muchas mujeres en esta dolorida Colombia, lo importante es que
son historias que se han repetido de manera secuencial durante los últimos 100
años.
Ahora que parece
verse una luz al final del túnel, los habitantes de este país estamos abocados
a las vicisitudes de unos líderes que, de verdad, dejan mucho que desear. Es
fácil entender al expresidente Uribe ya que sus argumentos provienen del odio y
el resentimiento. Si en mis manos estuviera, diría que lo perdono y que intento entenderlo, pero cuando oigo al expresidente Pastrana defender el No, después de haber doblegado la nación a los delincuentes, ratifico
la idea que siempre he tenido: a ninguno de nuestros líderes les importa nada
que pueda mejorar las condiciones de vida de sus gobernados, solo les interesa
el beneficio personal. Definitivamente, este país está y estará jodido por siempre, mientras que nosotros, como base de la democracia, no nos apersonemos de nuestro
propio futuro.
Esta semana motivaba a mis estudiantes sobre la importancia de leer, y que como futuros
ingenieros agrónomos, lo mínimo es que debían estudiar y entender las primeras
29 páginas del acuerdo, argumentando que, independiente de cual fuera su
posición, esas 29 paginas trazan el futuro agrario del país de los próximos 10
años, y de alguna manera, solucionan parte del origen del problema. Me llamó la atención la reacción de un estudiante quien dijo "yo no
leo esa mierda, eso es una farsa". La verdad sea dicha, en algunas
oportunidades he pensado lo mismo que mi estudiante, pero recuerdo el
temor causado en el año 2000 y los horrores que me cuentan de la guerra
partidista, y entonces la reflexión me lleva a pensar que nunca, en tanto
años, se llegó tan lejos, y que seguramente la oportunidad de desarmar bandidos
es algo que no se debe dejar pasar; hasta me atrevería a hacer la
afirmación mediocre de que no hay necesidad de leer con tal de que se
desarmen.
Esta corta
reflexión no es para que dejen de leer, definitivamente no hay que ser mediocres y eso es parte de lo que debemos empezar a cambiar, empezar a tomar decisiones
basados en el conocimiento y en la reflexión. Es irresponsable dejar de
votar solo porque Uribe y Pastrana dicen NO, y peor aún, votar solo porque Santos
dice SÍ. Esta decisión nos corresponde única y exclusivamente a los
de a pie, a los que tenemos que soportar la violencia venga de donde venga.
Respecto a las
decisiones que debemos tomar los colombianos el 2 de octubre, ya he decidido
algunas: la primera es que independiente de lo que digan los acuerdos voy a
votar, ¿por sí o por no?, aun no lo sé, apenas llevo 30 paginas leídas, pero sí tengo claro es que esta oportunidad no se volverá a presentar en al menos 30
años. Y como dice un meme Jorge Veloza, "lo barato que vale un tiple y
lo bonito que suena, lo caro que es un rifle y lo feo que truena": esta es
una oportunidad de oro.
Mi invitación es
que si van a votar, primero lean y si no van a votar, también lean. Tal vez ir a las urnas no solucione nada, aun quedan mucho problemas por resolver en este país, pero lo que sí
es claro es que sería un problema menos y una excusa menos para la
corrupción.

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