| Fotografía 1. Ceiba, San Gil Santander. 2010 |
Pensando en escribir durante la presente semana
hubo una serie de alternativas inspiradas en el archivo de
imágenes que conservo. Sin embargo, al ver los árboles, recordé la magnificencia de esas estructuras sólidas, rígidas e imponentes, que la mejor alternativa fue dedicar algunas letras a los verdaderos Gigantes de Acero. En la imagen de la derecha pueden apreciar
una ceiba (Ceiba pentandra L), ubicada en el parque Gallineral en San Gil, Santander; para quienes no la
conocen, es un árbol majestuoso, de un vigor único y del cual cuelgan "las
barbas de san pedro", como llaman a ese musgo que a veces parecieran sus
ramas, pero que son simplemente unas parásitas que viven junto con la hermosa
Ceiba de más de 30 metros.
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| Fotografía 2. Alcaparro, Gacheta, Cundinamarca. 2010. |
Cuando iniciaba en las artes de la
fotografía y con algo de orgullo enseñaba mis primeros trabajos, decían que era
difícil tomar árboles completos, lo cual en teoría podría ser cierto si todo el
tiempo se pretendiera mostrar el árbol con toda su estructura. Un ejemplo de
ello es la fotografía 2, que muestra un Alcaparro ubicado en la vereda Tasajeras, de l municipio de Gacheta. La imagen corresponde a una planta de no más de 3 años, 2
metros de altura y una floración amarilla exuberante, que contrasta de manera
cálida con el fondo de la pradera y los eucaliptos que resaltan el color de
pétalos y sépalos.
| Fotografía 3. Amanecer Bogotá. 2011 |
Otra ventaja de los árboles es que, además
de poder observarlos en el campo, también se pueden ver en la ciudad, a la derecha se ve un amanecer en Bogotá, donde la luminosidad hace que la forma de
las plantas parezcan simples sombras con un tono lúgubre, resaltado por los
tonos rojizos producidos por las primeras notas lumínicas del astro rey o del
"mono" como se le dice de manera coloquial cuando aparece en las
mañanas.
| Fotografía 4. Gacheta, Cundinamarca, 2011. |
La fotografía 4, es
una toma hecha desde lo alto de la montaña con la aplicación del zoom óptico, que permite ver el primer plano de aparentemente un eucalipto (no estoy
muy seguro); pero lo importante de esta imagen es la amplia profundidad de campo,
debido a que se observa el árbol y al fondo el municipio de Gachetá. La toma
fue realizada desde el "Alto de la Virgen", vereda Santa Bárbara, en Junín. El árbol tiene una altura de unos 15 metros, ramas vigorosas, nido tal vez
de algunas aves y, con toda seguridad, un elemento del paisaje que da vivacidad y
alegría al entorno.
| Fotografía 6. San Vicente de Chucurí, Santander 2014 |
| Fotografía 6. Jamundí Valle del Cauca. 2014. |
La imagen 6 muestra con claridad el tema
relacionado con las aves y la fuente de vida que representan los
árboles; la planta es posiblemente un "mata ratón", el ave es una garza vigilante del entorno, lo que sí es seguro es que están ubicados en Jamundí, Valle del Cauca en
inmediaciones de una plantación de arroz, propiedad de una comunidad
afrocolombiana; comunidad que disputa con los ingenios azucareros los
beneficios de tener o no tener el agua que esta planta ayuda a proteger, y que está
asociada al ecosistema de la pequeña finca con un sin número de especies
conformando un nicho ecológico.
| Fotografía 7. Jardín Antioquia. 2014 |
Los árboles son fuente de vida porque
permiten generar más vida, son tan buenos que cuando mueren de manera natural
se convierten en el hábitat de otras muchas especies precursoras de la vida. La
imagen tomada en Jardín, Municipio de Antioquia, corresponde a la quebrada
"La Noreña" en la vereda Quebrada Bonita; allí este árbol feneció
tras una tormenta eléctrica, convirtiéndose en la casa de musgos, hongos e
insectos quienes aprovechan de una u otra forma los nutrientes que están a su
disposición, mientras el tronco (fuste) termina de morir, con la ayuda de esos amigos antes mencionados.
| Fotografía 8. Pino. Junín Cundinamarca |
Desde que me gradué, en 1996, siempre he
estado en medio de la discusión sobre lo malo que pueden ser el eucalipto y el pino, porque, según algunos, consumen más de 40 litros de agua por día y dañan
la naturaleza. En el camino se encuentran fanáticos que no quieren ver estas
plantas, resulta que no hay árbol malo, solo mal ubicado por quien lo siembra. Al establecer 1110 plantas de pino pátula o eucalipto por hectárea con toda seguridad el suelo, el ambiente y la vida
se podrían deteriorar, pero si se elige que en una plantación de nativas se incorporan algunos
individuos de esas especies mal "satanizadas", seguramente los
productores agropecuarios tendrán fuentes alternativas de energía y no
tendrán la necesidad de deforestar bosques nativos.
Hace algunos años, al calor de unas aguas, "pichas", de sabor algo amargo, se desarrollaba una discusión en la
que se discernía sobre la importancia de plantar árboles o producir alimentos. El ingeniero forestal, conocido como el "gordo", aseguraba
que la importancia de los árboles se remitía a que los seres humanos tuviésemos
una fuente de papel para escribir; por lo contrario, mi argumento era que se debía sembrar más
comida para garantizar la seguridad alimentaria de la población. Hoy en día, lejos de esas aguas, en medio de la sobriedad que me acompaña al escribir estas palabras, puedo
decir que ninguno de los dos tenía la razón, ya que antes que tener papel o
comida se debe pensar en el equilibrio de los ecosistemas, para que estos, de
manera natural, nos ofrezcan servicios ambientales que nos garanticen agua y por
ende las posibilidades de seguir alimentándonos, y de paso, poder contar con
papel no solo para escribir.
Esta historia continuara . . .
Escrito y publicado por: @Abdul_Jimenez_p




