domingo, 20 de septiembre de 2015

Dr. Bolardo

En 1986 se aprobó la elección popular de alcaldes. La primera campaña fue liderada por un presentador de televisión, un delfín en quien no creíamos, y después, comprobamos que no fue capáz. Andrés Pastrana Arango ganó la alcaldía en 1988, este "gran" alcalde, además del hueco fiscal, dejó el puente de la 92 que ha sido reconstruido 3 veces. Muchos le hemos asignado su nombre a ese puente, para recordar que nunca más debemos elegir a ningún Pastrana en el poder.

Después de la hecatombe de Pastrana, vino Juan Martín Caicedo Ferrer, un riquillo socio del club Los Lagartos que terminó en la cárcel por cuenta de unos auxilios mal distribuidos. Y ahí sí llego el primer gran alcalde de la ciudad, el muy mal querido Jaime Castro Castro, un boyaco que saneó el fisco de la ciudad; estas acciones de saneamiento allanaron  el camino para Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, quienes modernizaron esta capital.

Es casi seguro que Antanas Mockus no recuerde que bebimos un par de tragos en la fiesta del Ingeniero Agrónomo en 1993, cuando era rector de la Universidad Nacional, pero él y todos recordamos que ganó la alcaldía después de mostrarle el culo a los estudiantes que no lo dejaban hablar en el auditorio León de Greiff. Esa irreverencia ante la sociedad condujo a que en Bogotá se iniciara una época de metáforas que llevaron a "La Cultura Ciudadana", acompañado con reordenamiento del espacio público, un manejo fiscal impoluto y sobre todo la proyección social, política y económica de la ciudad. Pero la ciudad no tuvo tanta fortuna ya que la avaricia política de Mockus lo llevó a renunciar para poder aspirar a la presidencia, elección que nunca ganó.

Después llegó al poder un tipejo que renunció a su ciudadanía gringa para poder aspirar en la política bogotana, admito que pensé que no era más que otro ladrón de cuello blanco cuando repartía volantes a la entrada de la Universidad. Enrique Peñalosa tuvo una virtud importante, construyó sobre las cosas buenas que dejó Antanas Mockus, generó algo que para entonces nadie valoraba, "Espacio Público" y aunque no le guste a muchos, acabó el eterno trancón de la Av. Caracas; quienes lo critican debería revisar la historia sobre cómo era la Caracas antes del año 2000.

Vinieron 4 años más de Antanas Mockus, esta vez nos respetó y culmino su periodo. Utilizó su inteligencia matemático-filosófica, y, al igual que su antecesor, construyó sobre lo construido. Para ese entonces, Bogotá se había convertido en un centro turístico del país, se respiraba orden a pesar de que seguían los problemas de pobreza, pero incluso las personas de menos recursos se sentían incluidas con el solo hecho de gastar menos tiempo en el transporte público para llegar a sus trabajos o a sus casas.


Figura 1. Gif  animado de dos niños intentando llegar a su casa, No tienen andén. Agosto de 2015

A Peñalosa lo critican por lo bolardos, por las losas, porque no le dio gusto a Uldarico y sus 50.000 taxis, porque no negocio el espacio público, por el plan maestro de movilidad y hasta porque inició la expropiación del campo de polo del Contry Club. No obstante prefiero ver el vaso medio lleno, para que los bolardos invadan los andenes con el fin de tener de nuevo espacio público sin el temor de que un carro atropelle a los peatones.

Imagen 2. Bolardos derribados por los 
dueños de ese taller, con el fin de poder 
parquear carros en el andén que es 
para los peatones. 2015
Al oír los diferentes medios de comunicación y leer las redes sociales haciendo referencia a los bolardos como lo peor que le ha pasado a Bogotá, pienso que son los dueños de los carros enojados por no poder parquear sobre los andenes, a ellos sí que los afecta.  Y ni qué hablar de los vendedores ambulantes; aunque no guste, en Bogotá no hay andenes para la gente, hemos retrocedido al menos 30 años  en espacio público y ninguno de los sociales fue capaz, en 12 años, de crear políticas de empleo que redujeran la pobreza en vez de promover la anarquía y la informalidad de los subsidios.

La política es un tema del cual no podemos escapar en estos días, y cada festejo es un motivo para traerlo a colación. En medio de la celebración, cuando se llegó al tema álgido, uno de los participantes dijo "no hay que ser ingenuo, la opción menos mala es el Dr. Bolardo", mi posición es que no es la menos mala, es la única que tenemos después de ver cómo la ciudad se modernizó en 8 años y a los 12 siguientes se volvió a destruir, acabando lo más valioso que teníamos "La Cultura Ciudadana".

Dirán la masas ingenuas "pero reconozca que en estos 12 años ha habido alguna cosa buena". Sí, lo reconozco. Pero no es posible que la única forma de reducir la pobreza sea entregando subsidios a diestra y siniestra. El 31 de mayo en la vereda Las Mercedes, un joven de no más de 30 años, quien tal vez recibe un mercado cada mes, tal vez participa de Familias en Acción, hizo la siguiente afirmación "Nosotros somos gente que sabe trabajar. Nosotros no somos mendigos. Nosotros no necesitamos que nos regalen Nada. Nosotros necesitamos que el gobierno nos respete, arregle las vías, que haga planes de mercadeo para cuando sacamos nuestros productos". Nunca pensé que una persona joven con algún grado de pobreza se atreviera a decirle a las instituciones presentes ese día que lo regalado produce más pobreza, incluso pobreza mental.

Imagen 3. manifestación en contra de Transmilenio 2012.


Me duele ver que la gente en Medellín quiere a su ciudad y a pesar de tanto problema social hay respeto por lo poco que su gobierno pone a disposición de la comunidad. En cambio en Bogotá, somos enemigos de cada migaja que las alcaldes han dejado. Acá, la inconformidad se manifiesta en la destrucción, en Medellín se construye para reducir la inconformidad, pero ésta anarquía bogotana tiene raíces profundas y es un problema de autoestima que tiene que cambiar Ud, Dr. Bolardo.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Close Up

Han pasado once días del mes de septiembre y casi un mes desde que la pseudoizquierda latinoamericana inició la farsante persecución a una parte de la población colombiana que habitaba en Venezuela, corroborando mi postura sobre la manipulación demagógica de las masas por cuenta de unos oportunistas que se aprovechan de la ingenuidad de otros. Pero estando al portas de varias fechas importantes como el 14 y el 19 de septiembre, es mejor dar un viraje hacia temas menos politiqueros y que no incluyan hacer parte de ninguno de los dos bandos de bandidos que utilizan el sentir del pueblo para entronarse en su trono.

Fotografía 1. Vereda Las Margaritas, Usme. 
Bogotá D.C. 2015.
Para dar este viraje debo recordar que hace tan solo 21 años iniciaba la aventura de construir una tesis de grado que me conduciría a culminar el sueño de ser profesional; buena parte de esa preparación consistió en leer e interpretar imágenes y resultados, además de retomar el aprendizaje del arte de la fotografía. Pero como dicen por ahí, de ese tipo de fotografía que no tomaba todo el mundo, esa vaina que hoy y siempre se ha conocido como "fotografía en primer plano", que consisten en aproximar tanto el teleobjetivo al objetivo, que cuando se hace de manera adecuada permite ver detalles que no pueden ser apreciados a simple vista.

Fotografía 2. Flor de "Guargüeron". Vereda Las Margaritas
Usme. Bogotá D.C. 2015.
Puesto que los temas relacionados con las ciencias biológicas son desconocidos para muchas personas, puede que visibilizar una antera o el rastro del polen no signifique mucho, no obstante, poder ver esos pequeños detalles y la hermosura de la naturaleza seguro los conducirá a preguntarse sobre el origen y la razón de ser de la fotografía con lentes macro. Como se dijo antes, hace 21 años la fotografía digital era un sueño a punto de ser lanzado al mundo, pero aun así, quien deseaba hacer una imagen con macro, además de tener una cámara tipo reflex, debía contar con el dinero para comprar una lente carísima y la plata para pagar por los  "rollos" fotográficos y, obvio, el revelado que no era nada barato.

Hoy día, con la masificación de la fotografía digital, con la incorporación de las cámaras a los teléfonos y las múltiples posibilidades de comunicación, hasta el más inexperto puede tomar fotografía en planos cerrados o, como dicen en otras tierras, en "Close up". Tan solo se necesita una de tres opciones: seleccionar el modo automático de la cámara y acercarla cuanto se pueda al objetivo a fotografiar (no lo recomiendo, pero a veces hay suerte); la segunda opción es elegir el símbolo macro en la cámara, es un pictograma que tiene forma de flor con tres pétalos y una linea vertical con dos formas de hoja al final, por lo general son de color blanco solido (algunas en negro); pero la mejor opción es elegir el modo manual y para ello habrá que definir la apertura del diafragma, la velocidad de la cámara, la sensibilidad (ISO) y por último el enfoque que va desde un centímetro hasta 10 metros, dependiendo la calidad de la cámara. Y por fin se puede lograr una fotografía como cualquiera de las cuatro que comparto con ustedes esta semana. Hay una cuarta opción pero significa comprar una cámara reflex y los lentes respectivos, pero los principios fotográficos son los mismos.

Fotografía 3. Vereda Las Margaritas, Usme. 
Bogotá D.C. 2015.
En medio de la búsqueda diaria de cosas bellas para fotografiar, he tenido la oportunidad, durante los últimos 3 meses, de recorrer una zona de Bogotá que no conocía a pesar de haber nacido en esta dolorida ciudad y de llevar cuarenta y tantos viviendo en ella. Sumapaz es conocida como la localidad rural del Distrito Capital de Colombia, eso lo saben todos, pero lo que no sabe la mayoría es la calidez de las personas que la habitan. Son gentes con la nobleza del campesino que, a pesar de pertenecer a la ciudad, no se han contaminado de los malos hábitos; trabajadores incansables, productores de papa y ganadería, son de los pocos habitantes de páramo que coexisten con esas condiciones tan adversas, pero hay algo que hasta ellos han perdido de vista, las hermosas formas naturales.

Fotografía 4. Vereda Las Margaritas, Usme.
Bogotá D.C. 2015.
Pero de todo lo que he visto hasta hora, me impresionó la manera como el agua se adhiere a las hojas. Mientras escribía esta noche, me preguntaron: ¿cómo es que el agua se pega a las hojas y no escurre? la respuesta inicial fue "no sé", pero es posible que sea una consecuencia de la baja temperatura, hace tanto frío en la zona que el agua prefiere permanecer impávida, adherida al folíolo esperando a que el oportunista fotógrafo llegue a la vereda y pueda congelar el instante en el elemento fotosensible; esta casi figura geométrica de gotas de agua distribuidas de manera uniforme y estáticas no se dio solo por el efecto de la fotografía; aún después de dos horas de haber llegado al predio, el agua y la hoja permanecían inmóviles.

Para terminar hay que mencionar un par de aspectos técnicos que pueden dar una mejor idea de la magnitud de estas imágenes: en el caso de las flores, la cámara se ubicó entre dos y tres centímetros de distancia; la primera tiene un diámetro de 7 centímetros y las anteras no miden más de 3 milímetros, el guargüeron es una especie que tiene forma de campana y su diámetro de apertura es de un centímetro. En cuanto a las hojas, se debe decir que son dos especies de plantas nativas en desarrollo a campo abierto, la  cámara se aproximó entre tres y cinco centímetros, las hojas tenía un ancho máximo de 6 centímetros y las gotas medían ente 2 y 4 milímetros de diámetro.