En 1986 se aprobó la elección popular de
alcaldes. La primera campaña fue liderada por un presentador de televisión,
un delfín en quien no creíamos, y después, comprobamos
que no fue capáz. Andrés Pastrana Arango ganó la alcaldía
en 1988, este "gran" alcalde, además del hueco fiscal, dejó el puente
de la 92 que ha sido reconstruido 3 veces. Muchos le hemos asignado su
nombre a ese puente, para recordar que nunca más debemos elegir a ningún
Pastrana en el poder.
Después de la hecatombe de Pastrana, vino
Juan Martín Caicedo Ferrer, un riquillo socio del club Los Lagartos que
terminó en la cárcel por cuenta de unos auxilios mal distribuidos. Y ahí sí llego el primer gran alcalde de la ciudad, el muy mal querido Jaime Castro
Castro, un boyaco que saneó el fisco de la ciudad; estas acciones de
saneamiento allanaron el camino para Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, quienes modernizaron esta capital.
Es casi seguro que Antanas Mockus no
recuerde que bebimos un par de tragos en la fiesta del Ingeniero Agrónomo en
1993, cuando era rector de la Universidad Nacional, pero él y todos recordamos
que ganó la alcaldía después de mostrarle el culo a los estudiantes que no lo
dejaban hablar en el auditorio León de Greiff. Esa irreverencia ante la
sociedad condujo a que en Bogotá se iniciara una época de metáforas que
llevaron a "La Cultura Ciudadana", acompañado con reordenamiento del
espacio público, un manejo fiscal impoluto y sobre todo la proyección social,
política y económica de la ciudad. Pero la ciudad no tuvo tanta fortuna ya que
la avaricia política de Mockus lo llevó a renunciar para poder aspirar a la
presidencia, elección que nunca ganó.
Después llegó al poder un tipejo que
renunció a su ciudadanía gringa para poder aspirar en la política bogotana,
admito que pensé que no era más que otro ladrón de cuello blanco cuando
repartía volantes a la entrada de la Universidad. Enrique Peñalosa tuvo una
virtud importante, construyó sobre las cosas buenas que dejó Antanas Mockus,
generó algo que para entonces nadie valoraba, "Espacio Público" y
aunque no le guste a muchos, acabó el eterno trancón de la Av. Caracas; quienes
lo critican debería revisar la historia sobre cómo era la Caracas antes del año
2000.
Vinieron 4 años más de Antanas Mockus,
esta vez nos respetó y culmino su periodo. Utilizó su inteligencia matemático-filosófica, y, al igual que su antecesor, construyó sobre lo construido. Para ese
entonces, Bogotá se había convertido en un centro turístico del país, se
respiraba orden a pesar de que seguían los problemas de pobreza, pero incluso
las personas de menos recursos se sentían incluidas con el solo hecho de gastar
menos tiempo en el transporte público para llegar a sus trabajos o a sus casas.
A Peñalosa lo critican por lo bolardos,
por las losas, porque no le dio gusto a Uldarico y sus 50.000 taxis, porque no
negocio el espacio público, por el plan maestro de movilidad y hasta porque
inició la expropiación del campo de polo del Contry Club. No obstante prefiero
ver el vaso medio lleno, para que los bolardos invadan los andenes con el
fin de tener de nuevo espacio público sin el temor de que un carro
atropelle a los peatones.
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Imagen 2. Bolardos derribados por los
dueños de ese taller, con el fin de poder
parquear carros en el andén que es
para los peatones. 2015
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Al oír los diferentes medios de
comunicación y leer las redes sociales haciendo referencia a los bolardos como
lo peor que le ha pasado a Bogotá, pienso que son los dueños de los
carros enojados por no poder parquear sobre los andenes, a ellos sí que los
afecta. Y ni qué hablar de los vendedores ambulantes; aunque no guste, en Bogotá no
hay andenes para la gente, hemos retrocedido al menos 30 años en espacio público
y ninguno de los sociales fue capaz, en 12 años, de crear políticas de empleo
que redujeran la pobreza en vez de promover
la anarquía y la informalidad de los subsidios.
La política es un tema del cual
no podemos escapar en estos días, y cada festejo es un motivo para traerlo
a colación. En medio de la celebración, cuando se llegó al
tema álgido, uno de los participantes dijo "no hay que ser
ingenuo, la opción menos mala es el Dr. Bolardo",
mi posición es que no es la menos mala, es la única que tenemos después
de ver cómo la ciudad se modernizó en 8 años y a los 12 siguientes
se volvió a destruir, acabando lo más valioso
que teníamos "La Cultura Ciudadana".
Dirán la masas ingenuas "pero
reconozca que en estos 12 años ha habido alguna cosa buena". Sí, lo
reconozco. Pero no es posible que la única forma de reducir la
pobreza sea entregando subsidios a diestra y siniestra. El 31 de mayo
en la vereda Las Mercedes, un joven de no más de 30 años, quien tal
vez recibe un mercado cada mes, tal vez participa de Familias en Acción, hizo
la siguiente afirmación "Nosotros somos gente que sabe trabajar.
Nosotros no somos mendigos. Nosotros no necesitamos que nos regalen Nada.
Nosotros necesitamos que el gobierno nos respete, arregle las vías, que haga
planes de mercadeo para cuando sacamos nuestros productos". Nunca pensé que una persona joven
con algún grado de pobreza se atreviera a decirle a las instituciones presentes
ese día que lo regalado produce más pobreza, incluso pobreza mental.
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| Imagen 3. manifestación en contra de Transmilenio 2012. |
Me duele ver que la gente en Medellín
quiere a su ciudad y a pesar de tanto problema social hay respeto por lo poco
que su gobierno pone a disposición de la comunidad. En cambio
en Bogotá, somos enemigos de cada migaja que las alcaldes han dejado. Acá, la inconformidad se manifiesta en la destrucción, en Medellín se construye para
reducir la inconformidad, pero ésta anarquía bogotana tiene raíces profundas y
es un problema de autoestima que tiene que cambiar Ud, Dr. Bolardo.


