jueves, 28 de mayo de 2015

Señora Carmen!

María Del Carmen Uriza Chontal, Zoologico de
de Santa Cruz, Mesitas de Colegio, Cundinamarca
imagen posiblemente 1992
La señora María del Carmen Uriza Chontal, nació en el año 1905. Hija de honorables campesinos boyacenses, descendiente de bravíos luchadores de la guerra de los mil días, descendiente en una u otra forma de próceres desconocidos que dieron la libertad e independencia a los colombianos en las batallas del Puente de Boyacá y el Pantano de Vargas. Sus nombres no figuran en los anales de la historia como el del bien merecido Pedro Pascacio Martínez, cuyo tataranieto fue nombrado hace poco más de 5 años en un cargo administrativo de la Gobernación de Boyacá.

Seguramente los predecesores de la señora Carmen, como la conocían sus vecinos, amigos y familiares, fueron héroes  desconocidos en algunas de las tantas guerras que vivió Colombia en el siglo XIX. Fueron personas con muy bajo o nulo nivel de escolaridad, la historia dice que la educación entonces no era para "indios patirrajados", sino para las personas de la más alta alcurnia; eso no ha cambiado mucho y han pasado casi dos siglos desde entonces, pero lo que sí es posible afirmar es que esa familia se dedicó al trabajo denodado y a intentar subsistir a pesar de que las adversidades no eran inanes.



La señora Carmen con sus dos hijos menores.
Municipio Oicata, Boyaca. Imagen posiblemente
de 1955.
Contaba esta digna señora, en los mejores momentos de su vida, esas historias que lo hacen a uno quedar absorto tratando de entender qué era lo que pasaba en esos años, hoy tan lejanos;  decía por ejemplo: cómo eran los castigos (que no lo sepa bienestar familiar porque seguro se horrorizarían), la primera historia fue  cuando después de una travesura infantil la mamá decidió, al mejor estilo esclavista, que debía colgar a la niña de 10 años de un poste amarrada por las mano y darle con el fuste durante un buen rato, bueno solo hasta que la  madre se sintiera un poco agotada.

Otro evento interesante tuvo que ver con la abuela de la niña, esta venerable anciana habló acerca de la situación de "vinizuela", pero la ingenua Carmen, que había logrado su primer año de escuela tuvo la osadía de corregirla e indicarle que era Venezuela; la "muenda" fue monumental según contaba, esos castigos desmedidos la llevaron a pensar que cuando ella tuviese hijos no los castigaría tan severamente, aunque alguno de los nueve hijos que parió no hace mucho tuvo al atrevimiento de decir que les pegaban muy duro. ¡Vaya uno a creerles!
La señora Carmen , su esposo y los tres hijos menores.
Sector El Alto, Vereda San Pedro, Municipio Chivata,
Boyacá. Imagen Posiblemente de 1952.  

Casada a los quince años con el señor Telésforo (esa era su nombre lo juro, el teléfono vino mucho después), otro campesino boyacense diez años mayor, católicos de nacimiento, formaron una familia a la usanza antigua, numerosa. Se dedicaron a buscar el sueño anhelado de todo colombiano, poder ser dueños de una tierrita para algún día dejar de servir a patrones, que antes que nada, eran unos explotadores abusivos con las personas de menos recursos (eso se parece a aún país moderno del siglo XXI, donde hoy en día vivo).

Con el pasar de los años,  como en la canción "el Camino de la vida", letra compuestas por el señor Héctor Ochoa Cárdenas, los hijos fueron creciendo y en busca de una mejor vida, lenta y paulatinamente fueron emigrando a Tunja o Bogotá incentivados de alguna manera por la desacertada política del politiquero más grande de Colombia Misael Pastrana Borrero,  quien pensó que para modernizar el país debía urbanizarlo, convirtiendo a los campesinos en obreros de construcción y empleadas de servicio (con él empezó la debacle del sistema productivo del país), en vez de haber invertido en la educación de la gente que realmente habría hecho grande a Colombia..

A los 75 años la señora Carmen es sorprendida por la viudez cuando sus hijos ya habían abandonado el nido, y cuando los años empezaban a hacer mella en su salud, por razones que son difíciles de explicar, la opción fácil para todos era que la abuela viniera a Bogotá a vivir con la hija quien de una u otra forma podría atender su achaques y ofrecerle una mejor calidad de vida, evitándole la odiosa soledad del campo y del abandono; acá por lo menos tendría nietos que la consintieran.

También parrandeaba Imagen enero de 1994
A los 14 años es muy difícil establecer relaciones con personas mayores, especialmente porque los adolescentes tienden a ser odiosos con los adultos, sencillamente porque son anticuados y están arrugados, sin embargo, ¿quién no se enamora de una señora adorable comprensiva y calmada? ¿ quien no se enamora de la señora que le cuida los sueños y es capaz de responder al que habla dormido haciéndole creer que la chaqueta de cuero valía 10 centavos (¡tan barata!)?.

En Bogotá, Febrero de 1992
Lo que me impresiona de estos recuerdos es que a pesar de contar tan solo con dos años de escuela esta señora, digna señora, tenía un léxico y un vocabulario que nosotros con 8 años de estudio no habíamos alcanzado, utilizaba palabras que uno decía, ¡guau!, ¿qué querrá decir esa palabra? y al buscar en el diccionario, “téngalas”, la palabra era correctamente utilizada y ajustada a la conversación.

El catorce de diciembre de 1.995 a sus casi 92 años de edad la vieja Carmen, como se le empezó a decir gracias a la familia "corromboya" (boyacenses emigrados a Barranquilla), exhaló su último suspiro, no sin antes dejar algunos mensajes indescifrables para ese entonces. Mensajes que hoy en día creo entender y espero haber seguido su instrucción.


(Las imágenes fueron tomadas de medios análogos y digitalizadas mediante Escaner, sin edición alguna, tan solo fueron recortadas las personas que no debían aparecer)




viernes, 22 de mayo de 2015

Mágica Luz

Cuando se piensa en la "fotografía", las personas inquietas se remiten a la simple división etimológica de la palabra "Foto" y "Grafía", que según las consultas hechas en Internet, se refiere a dos raíces griegas: "photos", cuya traducción quiere decir luz; y "graphis" que significa dibujar; esto lleva al concepto que aparece en varios libros y por ende se replica en varias páginas indicando que la fotografía es al arte de dibujar con  la luz.


Imagen 1. Abdul Jiménez Pulido. La Mesa Cundinamarca 2015
La imagen 1, tomada en el municipio de La Mesa Cundinamarca, en el mes de enero de 2015, fue capturada hacia las cuatro de la tarde con mi amada cámara Canon SX-30-IS, muy versátil con unas funciones maravillosas que la acercan a una profesional. La imagen corresponde a una nube de mosquitos que revoloteaban frente a un haz de luz solar proveniente del occidente, el modo manual de la cámara condujo a una baja velocidad de obturación, con una apertura de diafragma de 5,6 y sensibilidad 100. Estos magníficos dípteros dibujaron para mí y mis lectores esta sinfonía de líneas al azar, que parecieran un cono refulgente traído de la nada, resaltado por la baja profundidad de campo y el verde desenfocado de las plantas que rodeaban el paisaje. 

Hagamos el siguiente ejercicio: un objeto es golpeado por un rayo lumínico, entonces este objeto refleja la luz hacia nuestro ojo donde el iris y la pupila regulan la cantidad de luz, si hay mucha, la pupila se hace pequeña pero si hay poca se abre por completo para tratar de aprovechar al máximo el recurso. ¿Cómo hacer esto con la cámara fotográfica?. 


Imagen 2. Abdul Jiménez Pulido. Junín Cundinamarca 2014
La respuesta a la anterior pregunta es muy sencilla: se necesita un trípode, una cámara que permita una baja velocidad de obturación al menos 10 segundos, una linterna (puede ser la del celular) y un par de niños que ayuden a dibujar, si es que no lo queremos hacer nosotros mismos. La secuencia presentada en la imagen 2, corresponde a una serie de fotos tomadas en la penumbra de una vereda y contienen los elementos descritos con anterioridad, acompañados de una velocidad de obturación de 15 segundos. La riqueza de este ejercicio es que sin querer le enseñé a un niño y cuatro niñas que el arte de dibujar solo requiere un poco de imaginación y conocer algunos elementos técnicos que le permite desarrollar ideas que pueden resultar interesantes a la vista de algunas personas. 


Imagen 3. Abdul Jiménez Pulido. Vereda San Roque,
                  Junín Cundinamarca, 2015.
Las imágenes 3 y 4 fueron tomadas en la vereda San Roque del Municipio de Junín en Cundinamarca después de las 9 de la noche, y permiten demostrar que un objeto estático produce una buena imagen a baja velocidad de obturación. Pero si a la baja velocidad se le agrega movimiento de las personas se producen efectos borrosos que en teoría dañarían la imagen, aunque generan efectos interesantes como la sobre exposición de fuego o  la sensación de inestabilidad de la imagen. 





Imagen 4. Abdul Jiménez Pulido. Vereda San Roque,
                  Junín Cundinamarca, 2015.
Finalmente, ser un fanático de la fotografía implica un aprendizaje constante ya que en más de 100 mil imágenes guardas en el disco duro se pueden encontrar trabajos dignos de ser compartidos, y esto se refleja en el crecimiento de la calidad, en esa gran cantidad de fotogramas de los que se pueden seleccionar algunas muy buenas tomas que generan satisfacción; sensación que solo entendemos las personas que tratamos de transmitir un mensaje o por lo menos dejar en el aire la pregunta "¿Y cómo lo hizo?"

jueves, 7 de mayo de 2015

El Nombre del Servidor.

Fotografía: Catalina Jiménez Prieto,
                     Junín Cundinamarca, 2013.
La búsqueda en Internet y la verificación de información en la biblioteca respecto al significado de los nombres indicaron que "Abdul" es un nombre de origen árabe y su expresión original es "Abdu llah", que traducido al español es una aproximación a "servidor de Dios o el que sirve a Dios ". Entonces, ¿cómo es posible que un colombiano del común termine siendo un servidor de Dios por su nombre cuando su origen es lo más criollo que pueda imaginarse?, Padres Orgullosamente Boyacenses y mejor aun Orgullosamente campesinos.

La historia relatada tiene dos versiones: la primera se refiere a las aventuras presentadas en radionovelas del año 69, cuando la televisión en Colombia aún era un lujo para ricos; en esos emotivos relatos la segunda guerra mundial fue un tema que capturaba la atención de los jóvenes radio oyentes. Allí un antagónico judío, bajo el acento fungido de actores colombianos, prestaba sus servicios a la gestapo en contra de su propio pueblo, y posiblemente, bajo esa interpretación actoral criolla surgió el interés por nombrar a un nuevo servidor de Dios.

Una segunda versión se remite a los pasillos del mítico Hospital San Juan de Dios en Bogotá, cuando esta institución gozaba del prestigio de la sociedad y no del desprestigio de la ley 100 de 1993. En esta céntrica institución del país eran atendidas personalidades nacionales y extranjeras quienes acudían a los servicios médicos, es así como alguno de los muchos pacientes atendidos era de origen árabe y un digno servidor de Dios.

Tal vez ni el señor Luis ni la señora Sara entendían el significado de su elección, seguramente fue lo sonoro de la pronunciación, la fortaleza del personaje Judio-Aleman, el simple hecho de iniciar el modismo de poner nombres extranjeros a los hijos o tal vez el simple gusto por ese nombre, cualquiera que haya sido la razón es necesario agradecer al notario no haber cambiado la escritura por Obdulio, Abdel, Abel, Abedul, o cualquier otra modificación patronímica que seguramente sería la burla de algunos, pero sobre todo es importante agradecer por esa elección y más que eso por la motivación y la formación recibida.





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