martes, 9 de junio de 2015

Bogotá Real.

El primer Jiménez que llegó a la sabana apareció por estos lares después de haber navegado el Río Magdalena y llegar hasta lo que hoy conocemos como Puerto Salgar y Honda.  Tardó alrededor de 4 semanas escalando la vertiente occidental de la cordillera oriental, hasta encontrar una altiplanicie de un exuberante verde con grandes árboles y una fauna llamativa y apaciguada  por las bajas temperaturas; allí inició la construcción de doce chozas de igual altura y una decimotercera diferenciada de las demás por ser el sitio de encuentro para rendir culto a Dios.

Dicen algunos libros de historia o más bien algunos historiadores, que los habitantes de la antigua Bogotá eran indígenas, Chibchas o Muiscas, quienes fueron vencidos en primer lugar por la destreza de nuestros conquistadores en el manejo de las armas, pero antes que nada por el hecho de que para los Muiscas la Cruz traída por los europeos también era un símbolo sagrado (aunque de manera diferente) y porque como en casi toda américa se consideraba que los españoles eran hijos del sol por lo cual debían ser respetados. Es así como el 6 de agosto, en el año del señor de 1538, se fundó la capital del Nuevo Reino.

"Fe" era una joven francesa que se convirtió en santa al ser una de las primeras víctimas de la hoguera en el siglo III, cuando el cristianismo empezaba a ser perseguido por el emperador Dioderiano. Varios siglos después y aludiendo a las muchas connotaciones de la expresión llega a España el nombre "Santa Fe", en tanto que "Bacatá" es una palabra Chibcha que significa "Cercado fuera de la Labranza" era la capital de los "Zipas" aunque también recibía el nombre de "Muequeta" cuya traducción se definió como "campo o sabana de labranza". -Los datos históricos son una recopilación del artículo publicado por German Arciniegas en la Revista Credencial Historia en febrero de 1992 (edición 26)-. De allí el nombre de Santafé de Bogotá capital del Nuevo Reino de Granada gracias a las melancolías de Gonzalo Jiménez de Quesada, granadino nacido en el año 1509 en España.

Como quien dice somos una mezcla de alguna mártir francesa combinada con la herencia indígena que va por nuestras venas al conservar nuestro nombre chibcha, además de las melancolías de un "conquistador", sin dejar  de lado que a través de la reseña de German Arciniegas, históricamente siempre se prefirió el nombre corto: por ejemplo en la colonia se hablaba de "Stafe" y en la constituyente de 1991 cuando se decidió retomar la tradición pasamos de nuevo a Santafé de Bogotá, pero después de 5 años se regresó a Bogotá (Bacatá) debido a la economía del lenguaje, y a los líos jurídicos y constitucionales que estaba generando el nombre largo.

Imagen panorámica de Bogotá tomada desde el Santuario de Moserrate. abril de 2014. Abdul Jiménez Pulido.
Somos una Ciudad con una historia forjada desde el siglo III, y casi quinientos años de una historia legada por nuestros invasores; es la casa de mucho más que 8 millones de personas. Es el sitio, aunque con rabia, centro del gobierno; acá puede llegar cualquier persona y seguro con mucha dificultad logrará encontrar alguna oportunidad o si no pasará a engrosar los cinturones de miseria para luego ser subsidiado por algún politiquero de turno; es la ciudad donde cualquier equipo podría llenar el estadio con su hinchada independientemente, somos el rezago de la ya olvidada "Atena" Latinoamérica, ya no tenemos ni siquiera eso, Cultura. 

Esta ciudad que ha pasado por ser un centro cultural de la nación y de américa, cuyas acciones políticas y sociales son ejemplo para los 1102 municipios restantes, como Distrito Capital no merece el trato politiquero denigrante e irrespetuoso que ha recibido durante los últimos doce años, no merece que sus ciudadanos no vean más allá de los sofismas y falacias que invaden un discurso refrito con retórica de los años 70, antes que un discurso fundamentado en la realidad de una sociedad que pide a gritos un cambio real, ¡pero ya!

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